camino hacia la espiritualidad

14.03.2015 20:10

EL CAMINO HACIA LA ESPIRITUALIDAD O HACIA EL CAOS
La palabra espiritualidad tiene muchos entendimientos y significados para la gente. Un entendimiento kabbalístico sobre la espiritualidad atrae nuestra atención a la idea de activar la “naturaleza de creador” que está presente en cada ser humano para superar nuestro ego y alcanzar nuestro potencial. Al elevar nuestra conciencia e imitar la características del Creador podemos evitar el caos y vivir vidas de plenitud duradera.

 

El título de esta historia seguramente le parecerá confuso al lector. ¿Qué conexión tiene la espiritualidad con el caos? ¿Esta relación nos dice que si un individuo es espiritual entonces puede asumir que su vida estará libre del dolor y sufrimiento que acompañan al caos? Desafortunadamente, la realidad de la existencia no confirma esta suposición. El caos parece atacar indiscriminadamente, sin importar el estado espiritual de las personas.

Por lo tanto me gustaría hablar sobre el concepto de espiritualidad en sí mismo. Para algunos, una persona que está en un camino espiritual es aquella que busca el significado de la vida o explora maneras de llegar a ser una mejor persona. Para otros, seguir un camino espiritual implica investigar el plano de existencia metafísico y no corpóreo.

Tomando en cuenta lo anterior, la espiritualidad se refiere y está relacionada con el mundo metafísico. La palabra en sí misma, “espíritu”, es un concepto usado de tantas manera que no tendría propósito limitarlo a una connotación. Los siguientes ejemplos muestran lo difícil que es determinar lo que es “espíritu” o lo que significa “espiritualidad”: “Él tiene un buen espíritu” suele significar “Él es optimista y se siente bien”; “El espíritu de St. Louis” debía promover el sentido de aventura en todos nosotros; y la religión como la espiritualidad transmite la idea de que la espiritualidad puede llevarnos a ser mejores personas.

Estos son sólo unos pocos ejemplos. Todos tienen algo en común: la idea de “espíritu” no se refiere a lo material. Compáralo con tener que definir “sabiduría”, la respuesta sería que una persona sabia tiene sabiduría, pero no se explica lo que es sabiduría en sí.

BUSCA EL NIVEL SEMILLA

“Espiritualidad”. Mientras todos usamos este término comúnmente aceptado, su aplicación no define exclusivamente su significado. Con sólo buscar en el diccionario Webster comprendemos lo general que es nuestro entendimiento sobre espiritualidad.

Para llevar este dilema a lo extremo, también nos cruzamos con el término “espíritu de sal”, el nombre comercial del ácido clorhídrico, y “espíritu del vino” o aqua vitae para hablar del derivado del alcohol. ¿A dónde nos lleva todo esto? Nos lleva a la necesidad de buscar el nivel semilla de las cosas que nos rodean y no quedar atrapados en el laberinto de sus ramas.

Una vez que hayamos establecido un verdadero entendimiento de las cosas desde su fuente, podremos comenzar a distinguir los árboles de los bosques. Esta siempre ha sido la regla de oro que aprendemos en Kabbalah: sin una comprensión adecuada de dónde vienen las cosas, nuestras esperanzas y habilidades de resolver problemas se vuelven tan distantes de nosotros como el sol lo está de la tierra. Podar las ramas no resuelve la raíz del problema. En mi humilde opinión, esta ha sido la más grande contribución que la Kabbalah ha hecho a la humanidad en nuestro deseo de eliminar el caos de nuestro entorno.

Hemos sido programados desde la infancia para lidiar con los síntomas fácilmente observables de los males de la sociedad, apenas resolvemos un aspecto del problema del caos aparece un reemplazo para éste. Parece que este proceso sin fin no cambia.

Esto puede ocurrir por una de dos razones. Primero que nada están los problemas que se nos presentan con la menor resistencia. Esperamos y confiamos en que al eliminar lentamente un problema tras otro, alcanzaremos finalmente una vida libre de caos. Hasta ahora esto no ha ocurrido.

El segundo problema, por mucho el más peligroso y que nos lleva a nuestro estado anestesiado de sueño, es que en nuestra evaluación de cualquier forma de caos el lugar apropiado para empezar nuestra investigación será y debe ser sólo en su conciencia o nivel inmaterial.

EL PLANO INMATERIAL

Mientras escribo esta increíble afirmación, puedo escuchar a los lectores comentando “pero, ¿cómo analizaremos el caos que nos rodea si no lo hacemos en un nivel racional?” ¿Por qué estoy considerando un nuevo y totalmente distinto nivel de observación caótica que va más allá del conocido paisaje material? Y luego (los escucho) continúo diciendo que aquellos que están atascados en el plano físico y material están anestesiados y fueron llevados a un estado de sueño.

Ustedes, mis lectores, dicen que la investigación en el nivel material ahora es vibrante y productiva y que hemos obtenido muchas cosas buenas de cada esfuerzo científico. ¿Por qué ignoro los avances logrados en este siglo tan fascinante? O quizá hasta sueno negativo cuando digo que todos hemos sido llevados a un sueño y Satán nos está impidiendo ver la película completa. La verdad sobre este tema kabbalístico es que no estoy negando o descartando los logros con los que la humanidad ha sido privilegiada de beneficiarse durante el siglo pasado. Sin embargo, lo que estoy tratando de destacar es que si no ponemos un mayor grado de énfasis en el plano inmaterial y no corpóreo, seremos objeto del caos constantemente en nuestra vida.

Por ejemplo, en nuestra vida seguramente hemos obtenido verdaderos beneficios, como las mejoras médicas. Pero no nos atrevamos a olvidar que, a pesar de eso, aparecen nuevos y caóticos problemas de salud. Por ejemplo, el cáncer de mama, ahora afecta a más mujeres que antes. Mientras los oncólogos trabajan frenéticamente para detener la propagación de la plaga, las nuevas estadísticas que han sido publicadas indican que una de cada tres mujeres tendrá cáncer de mama, una enfermedad de verdaderas proporciones epidémicas.

El tratamiento de esta enfermedad ha traído algunos remedios terapéuticos, pero ninguna reducción de su incidencia. Por el contrario, lo que estamos presenciando en nuestros días de grandes progresos es un aumento del cáncer de mama con poco conocimiento sobre su prevención.

4.000 AÑOS DE HISTORIA

La razón es que no estamos logrando explorar el plano inmaterial no observable de esta enfermedad. La información kabbalística, aunque no ha sido científicamente comprobada, habla de este plano. Mientras la información puede parecer tan distante como para ser rechazada rotundamente, el campo médico haría bien en prestarle atención a un material que tiene 4000 años de historia.

Sin ningún antecedente científico ni fundamento clínico para verificar cualquier afirmación hecha por la Kabbalah sobre las mamas, un aspecto que aparece es que amamantar tiene un gran efecto benéfico en las mamas. Rav Isaac Luria presenta un largo discurso sobre este tema. El punto al que quiero llegar es que los científicos han descuidado por mucho tiempo la relación entre el nacimiento, amamantar y la incidencia del cáncer de mamas.

Aunque la ciencia ha descubierto una conexión entre amamantar y el cáncer de mama, esta relación ha sido ignorada. Precisamente, ese es el punto que estoy presentando en este artículo. Simplemente, no podemos eliminar el caos de nuestra vida mientras ignoremos y no abordemos las causas metafísicas, las causas que no se ven. Es mucho más fácil lidiar con lo obvio que seguir un camino que recorre el plano elusivo de lo inmaterial. Sin embargo, si aumentáramos nuestra conciencia con respecto a este aspecto, entonces podríamos animar al campo de la ciencia a reconocer la necesidad de abordar el plano de la acción, ese plano en donde ocurren las actividades causales.

Esto me recuerda el tiempo en el que el Centro comenzó su actividad de inmortalidad. En unos pocos meses el campo de la ciencia tomo este empoderamiento, y el concepto hasta entonces tabú de la inmortalidad se convirtió en una respetable palabra común en el mundo. La importancia de la conciencia y de su decisiva influencia sobre la vida de los habitantes de la tierra es esencial para la eliminación de caos. Sin una conciencia elevada hacia este importante estado de conciencia, no hay una manera aparente de salir de nuestro estado de caos.

No me refiero a sanar el caos de la salud solamente porque en cada aspecto Satán y su ejército de saboteadores de vidas están constantemente alertas para atacar al propio centro de nuestra búsqueda de la felicidad. Todos hemos tenido nuestros momentos de alegría y tranquilidad. Sin embargo, nunca ha habido un momento en el que no hayamos compartido alguna circunstancia o vivencia desafortunada. Absolutamente nadie puede afirmar que ha tenido una vida totalmente libre de alguna forma de caos.

CINCO NIVELES DE OCULTAMIENTO

Desde una perspectiva kabbalística la palabra “espíritu” se relaciona con el nivel espiritual o metafísico de Rúaj, uno de los cinco niveles en los que la Fuerza de Luz de Dios es aceptada, envuelta y por lo tanto revelada. Siguiendo la doctrina kabbalística de que para que la Fuerza de Luz sea revelada ésta debe pasar por el ocultamiento, este proceso ocurre en cinco niveles de ocultamiento y revelación conocidos como Nefesh, Rúaj, Neshamá, Jayá y Yejidá. Estos cinco niveles de la Fuerza de Luz están ocultos en las cinco vasijas metafísicas e inmateriales conocidas como Sefirot, dichas vasijas son conocidas como Maljut, Zeir Anpín, Biná, Jojmá yKéter.

Nefesh, la más baja y pequeña dimensión del nivel de revelación de la Fuerza de Luz, está presente en la Sefirá de Maljut y, por lo tanto, es conocida como un espíritu crudo. Yo preferiría quitar la palabra “espíritu” ya que dejo esta palabra y “Fuerza de Luz” para el nivel de Rúaj. Nefesh tiene un matiz de la Fuerza de Luz inmaterial contenida en su esencia. Como sabemos, el dominio de la realidad física es muy prevalente en el nivel de Nefesh-Maljut.

Sin embargo, la presencia de la Fuerza de Luz prevalece al ascender al siguiente nivel conocido como Rúaj. No debería sorprender a nadie que los Kabbalistas hayan nombrado Rúaj o “espíritu” a este nivel. La palabra hebrea es más que un simple vehículo para lenguaje y propósitos conversacionales, esa palabra nos revela una conciencia interna y la definición de una energía particular. Por lo tanto, la palabra hebrea Rúaj da una entrada hacia lo que realmente significa la palabra, no sólo como una aplicación de la palabra que puede ser interpretada como si significara muchas cosas.

Cuando definimos la palabra “espíritu” cada uno de los usos de la palabra debe contener su conciencia energética original. Cuando se considera un concepto que se refiere a la palabra “espíritu”, la aplicación de la palabra debe implicar su definición original. En consecuencia, cada uso de la palabra espíritu debe necesariamente incluir la presencia prevalente de la Fuerza de Luz de Dios.

LA PARADOJA DEL CAOS

Exploremos ahora lo que los Kabbalistas quisieron decir con Rúaj, el nivel de la Fuerza de Luz que indica una dominación de la Fuerza de Luz del Creador sobre los canales existentes y las vasijas usadas para la revelación de la Fuerza de Luz. Esto puede sonar algo confuso para los principiantes o para los lectores que no están completamente familiarizados con la relación entre la vasija y la Luz. Después de todo, ¿quién o qué puede ponerse en el camino de la conciencia de la Fuerza de Luz para compartir y mantener el caos a raya?

Sin embargo, parece que aún lidiamos con esta paradoja. ¿Cómo puede el caos formar parte de nuestro paisaje? No debe haber nada que pueda ponerse en el camino del deseo de la Fuerza de Luz para abrumar al universo con la Luz en la que cualquiera y todas las formas de oscuridad deben desaparecer. La luz y la oscuridad no pueden coexistir. El caos y la Fuerza de Luz no van de la mano. ¿Por qué parece que el caos es el jefe que rige a los habitantes de la tierra? La Luz no parece estar a la vista.

Mientras los adeptos religiosos permanecen renuentes a hablar (no hablemos de confrontar) la dificultad que acabo de mencionar, este problema persistente no parece desaparecer. ¿Cómo abordan los Kabbalistas este aspecto paradójico del universo? Y pueden estar seguros, los Kabbalistas no eluden su responsabilidad porque la pregunta parece muy difícil de responder.

La respuesta, declara el Kabbalista, está inexorablemente ligada a las doctrinas kabbalísticas del “Pan de la Vergüenza” y la “no hay coerción en la espiritualidad”.

Nosotros, los recipientes de la beneficencia de la Fuerza de Luz, sentimos un increíble grado de vergüenza al recibir del Creador constantemente. Por eso pedimos una suspensión del Creador y de la Fuerza de Luz y un cese del constante flujo de su beneficencia. Esto abrió un espacio para que la oscuridad se estableciera debido a la suspensión de la Fuerza de Luz. Esta condición trajo el caos que ahora vivimos.

Cuando preguntamos que por qué el Creador no actúa y apoya a Sus criaturas en tiempo de necesidad, la respuesta dada por el Kabbalista es un contundente “no debe haber coerción en la espiritualidad”. Mientras que nosotros, las creaturas, no tengamos ningún deseo de sentir el dolor del “Pan de la Vergüenza”, el Creador, en Su infinito deseo de compartir sin límites, no podrá extender Su beneficencia. Esto sería incurrir coerción en la espiritualidad.

Si bien no hay duda de la habilidad del Creador para eliminar caos de nuestro medio a través de una simple infusión de Fuerza de Luz, hemos llegado a reconocer varias leyes universales que rigen a nuestro universo, leyes que el mismo Creador debe acatar.

UNA DEFINICIÓN DE ESPIRITUALIDAD

Lo que parece surgir de esta respuesta kabbalística es la definición de la palabra “espiritualidad”. La doctrina de que “no debe haber coerción en la espiritualidad” implica que la espiritualidad es un término vinculado con el Creador. Esto arroja la idea de que la espiritualidad es una fuerza energética libre de imperfecciones y de las trampas del caos ya que la espiritualidad es la solución y el remedio para todos los males y problemas de la humanidad. En consecuencia, como resultado de nuestro sentimiento de “Pan de la Vergüenza”, preferimos resolverlo de alguna manera y no aceptar el regalo de la espiritualidad ofrecido libremente por el Creador.

Creo que el lector ahora puede tener una definición precisa de lo que se quiere decir con espiritualidad. En cualquier tema que esté relacionado con la noción de espiritualidad, la idea expresada es la presencia de la Fuerza de Luz del Creador. Cuando esto ocurre, el caos se convierte en un factor no influyente. Es sólo cuando la Fuerza de Luz es suspendida que un lugar vacío ocupa su lugar.

Esto puede compararse con encender y apagar una bombilla. Cuando la luz está encendida, no hay espacio para la oscuridad. Sin embargo, cuando la luz está apagada se crea un espacio vacío y esto le da a la oscuridad una oportunidad para reemplazar el espacio que estaba ocupado por la Fuerza de Luz. Es tan simple como se muestra, pero otra vez, es muy simple como para ser verdad.

Los Kabbalistas siempre han tenido un más elevado estado de conciencia conocido como Rúaj Hakodesh, Espíritu Santo o Inspiración Divina. ¿Qué significa esto? La respuesta yace en la palabra “espíritu”. Cuando alguien tiene el espíritu de la Fuerza de Luz su conciencia y energía están bañadas por el perfecto y asombroso poder del Creador. ¿Puede este individuo estar sujeto a la oscuridad y al caos? La respuesta es obvia. Las leyes universales dicen que cuando la Luz o Fuerza de Luz del Creador está presente, la oscuridad o caos no puede ocupar el mismo espacio. Cada vez que la luz se enciende, la oscuridad es forzada a eliminarse.

Los Kabbalistas siempre se preocupaban por comunicarse y conectarse con la Fuerza de Luz del Creador y en ser uno con la Luz. Por esta razón el Kabbalista era considerado un individuo espiritual. Durante su vida se esforzaba en obtener la comunión con el infinito.

LA LUCHA CONTRA EL CAOS

Sin embargo, ahora la conciencia del Kabbalista parte de otras tradiciones espirituales. Mientras otras tradiciones consideran que la meta esencial de las enseñanzas espirituales es el mejoramiento de nuestra conciencia y una conciencia aumentada, el Kabbalista reconoce que las enseñanzas de la Kabbalah tienen otra cosa en mente. Los versículos finales de la primera sección del Génesis lo dicen todo. La inclinación del corazón del hombre es maldad en la juventud o al principio de su viaje por la vida. Esto, dice el Kabbalista, es la causa subyacente de la incesante lucha de la humanidad contra el caos, una lucha que la mayoría de las veces gana el caos.

Las enseñanzas y tradiciones de la Kabbalah cuentan otra historia. No hace falta decir que estas enseñanzas pueden mejorar la relación entre la humanidad y preparar el camino para un estado de conciencia elevado y aumentado, pero ese no es su objetivo principal. El Kabbalista ha reconocido desde hace mucho tiempo que en momentos de prueba, cuando la presión se convierte en empujón, muy pocas personas (hasta las que tienen orientación amable y espiritual), cumplirán la prueba y superarán la tentación de la sobrevivencia propia. Precisamente, es por esta razón que el caos continúa infligiendo su dolor y sufrimiento sobre los asuntos de la humanidad, ya sea que la persona afectada sea considerada buena, mala, espiritual o material.

Las enseñanzas, tal y como lo ve el Kabbalista, están allí para aumentar la conciencia de la humanidad a un entendimiento que sin una mejora en la personalidad de alguien no habrá posibilidad de que esa persona pueda evadir el caos. La hora de la retribución podría no llegar en una vida presente. El estudiante de Kabbalah reconoce rápidamente las debilidades humanas que acosan a la humanidad y el esfuerzo requerido para superar las tentaciones que nos llevan a creer que podemos salirnos con la nuestra.

El Kabbalista entiende que debemos reafirmar nuevamente el aspecto del Creador que está en nuestro interior. Tal y como llegamos a darnos cuenta de que el Amo del Universo no le teme al caos y no está sujeto a los altibajos de la vida, la humanidad, cuando el aspecto interior que se parece a Dios prevalece, se vuelve libre de la inestabilidad del caos.

IMITA EL COMPORTAMIENTO DEL CREADOR

El mejoramiento que el Kabbalista buscaba en su vida diaria consistía en comportarse de manera similar a la del Creador mismo. El primer paso es ser proactivo en lugar de ser reactivo. La naturaleza humana siempre ha seguido un patrón de reacción y respuesta ante los estímulos que influyen en nuestras actividades diarias. En esencia, nuestra toma de decisiones se ha vuelto más o menos dependiente de estas distintas intromisiones en nuestro propio estilo de vida.

Sin embargo, puedo escuchar a varios lectores respondiendo a esta regla de oro que consiste en ser y actuar como el Creador: “No somos Dios, si lo fuésemos, nuestra naturaleza reaccionaría de la misma manera en la que lo hace el Creador mismo. Sin embargo, no ocurre así, por lo tanto sólo podemos reaccionar de una manera que no es la misma de la naturaleza de Dios”.

Precisamente en esto difieren los Kabbalistas, ellos apoyan de todo corazón la idea de que somos como Dios. Pero si debemos asumir que el Kabbalista está en lo correcto, ¿por qué no vemos este aspecto interior que se parece a Dios y tomamos constantemente las riendas que nos llevan hacia la manera en la que está hecha nuestra vida? El Kabbalista responde a esto firmemente diciendo que simplemente no creemos que sea así. Nuestra conciencia está desprovista de esta manera de pensar a pesar de la descripción bíblica de la creación del hombre que dice que fue hecho “a imagen y semejanza de Dios”.

La espiritualidad incluye este aspecto del interior de la humanidad que se parece a Dios. El espíritu o los asuntos relacionados con el tema de los espíritus están, desde un punto de vista kabbalístico, estrechamente conectados con la revelación del aspecto que se parece a Dios que es parte integrante de la humanidad. En consecuencia, una persona puede ser buena y amable, sin embargo, eso no la hace una persona espiritual.

Cuando alguien alcanza un grado de espiritualidad, la implicación de ese nivel de conciencia es que el individuo ha trabajado y se ha esforzado por actuar como el Creador. No hay una mayor demostración de esto que cuando una persona rechaza reaccionar a estímulos externos, y en su lugar considera esta influencia como una oportunidad para mostrar el aspecto que se parece a Dios y resistir ser una presa del caos que generalmente traen estos estímulos.

EL MÁS GRANDE TRIUNFO DE SATÁN

Podría surgir la creciente pregunta entre personas religiosas: ¿Cómo podemos los mortales ser parte del Creador y estar sujetos a la idea de la muerte? La respuesta del Kabbalista es que, tal y como los Patriarcas, Moshé y todas las personas que fueron realmente espirituales no murieron, toda la humanidad puede lograr esta importante hazaña sólo con saber que la mortalidad es sólo una ilusión. Con nuestro empeño en mantener conscientemente la idea de que la muerte es tan inevitable como los impuestos, le hemos dado poder a todo el cosmos para creer en la idea de que la inmortalidad no existe.

Del mismo modo, cuando la ciencia en la convención de Copenhague estableció lo que yo considero como el más grande triunfo de Satán, el Principio de la Incertidumbre, el resultado inevitable fue un estallido incontrolable de caos como nunca se había visto en la historia de la humanidad. La segunda guerra mundial, el holocausto y los conflictos que ocurren cada año alrededor del mundo.

Este es el poder de la conciencia. Con la duda plantada en la mente de los habitantes de la tierra, ¿cómo podemos comenzar a considerar el aspecto en nuestro interior que se parece a Dios? ¿Podemos imaginar al Creador con duda e incertidumbre? En consecuencia, la confusión y las interpretaciones erradas llegaron hasta el significado de espíritu o espiritualidad, alcanzaron hasta el concepto de “espíritu de vino” presente en el diccionario. ¿Cómo se compara el vino o cualquier otra bebida alcohólica con el espíritu? Por eso fue fácil que la ciencia cayera presa de su “Principio de la Incertidumbre”.

Como resultado de la influencia cósmica guiada por Satán, quien se esfuerza por mantener alejada a la humanidad de cualquier pensamiento sobre que poseemos el aspecto que se parece a Dios (que incluye energía benéfica de certeza), la ciencia, que realmente consiste en seres humanos como nosotros, también sucumbe al caos que trae la incertidumbre.

Mientras nuestra conciencia esté llena de los escombros que Satán lanza al propio corazón de la humanidad, hay pocas posibilidades de que ésta pueda restaurar la salud del mundo. Por eso hay tantos significados para el concepto de espíritu y espiritualidad.

DAR PODER AL COSMOS

Mientras que todos los distintos significados del concepto de espiritualidad son correctos, la esencia ha eludido a aquellos que buscan el origen de esta preciosa palabra. Sin embargo, con el interés generalizado en la Kabbalah ha aparecido una masa crítica de practicantes que ahora le dan poder al cosmos para permitir que la Fuerza de Luz tenga una gran influencia en la conciencia de la humanidad. Precisamente la diseminación de la Kabbalah en este siglo es la que ha dado poder al cosmos para aumentar la conciencia de los físicos para ver el mismo panorama físico y percibir la perspectiva de un nuevo universo de otra dimensión.

¿Por qué la humanidad ha sido testigo en estos últimos cien años de los eventos que han tomado milenios revelar? El hecho de que todo nosotros, incluyendo a los científicos, aún no logramos izar la bandera kabbalística que proclama “¿Por qué?” es un triste comentario sobre la investigación científica.

Para producir un cambio en la búsqueda de un mundo sin violencia y caos hace falta una completa renovación de la manera en la que percibimos las cosas. Es nuestro espíritu en nuestro interior, nuestra conciencia, el que determina el mundo visible y observable que vivimos.

Si el espíritu de la humanidad se eleva a un nivel de positividad, nuestro marco de referencia se compara con la Fuerza de Luz de Dios que posee una naturaleza intrínseca de compartir y positividad. Cuando la Fuerza de Luz domina y reina sobre el nivel físico y material, la interferencia de la realidad física se vuelve neutral y nos volvemos capaces de elevar nuestro paradigma al siguiente nivel de control espiritual o espiritualidad.

En consecuencia, nuestras opciones para la eliminación final de caos son limitadas, por no decir restringidas, a esta idea central: la humanidad debe pasar por una transformación completa de un camino histórico de negatividad y reactividad a uno de positividad y proactividad. Si rechazamos esta oportunidad de elegir la espiritualidad, la única alternativa es el caos que nos ha afectado por siglos.

En este periodo de la Era de Acuario el cosmos está completamente preparado para ayudar a la humanidad en el esfuerzo por alcanzar el grado de espiritualidad necesario para hacer el cambio que este universo tanto necesita. Esta garantía viene nada más y nada menos que de Rav Shimón bar Yojái cuando declara en el Zóhar que “en los días de la Era de Acuario no habrá necesidad de que alguien le diga a su vecino ‘enséñame sabiduría’ porque está escrito, ‘Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos’”.

Desde una perspectiva kabbalística, saber es la conexión. Esta visión profética del Zóhar es, a mi parecer, la garantía de que hay esperanza de que la humanidad alcance la satisfacción última y el camino a la felicidad. El Zóhar nos asegura que “conoceremos al Señor”, queriendo decir que nos conectaremos con la personalidad intrínseca del Señor, ese es el concepto de espiritualidad.

 

¡Espiritualidad o Caos! En nuestra época el futuro luce bien para la gente de este universo. Tenemos la Kabbalah. La Kabbalah es el conocimiento y, en consecuencia, la conexión.